En ocasiones, los jóvenes pueden mostrar una sorprendente falta de empatía con sus comentarios y acciones, como le ocurrió a una mujer en una discoteca. Ana Caro compartió en su cuenta de TikTok cómo fue víctima de discriminación por parte de un hombre con el que estaba bailando, quien reaccionó negativamente al ver una cicatriz en su cuerpo.
Ana explicó que, durante la noche, el joven la invitó a bailar y todo parecía estar bien. Sin embargo, la situación cambió cuando él le pidió su Instagram para mantener el contacto, lo cual le resultaba incómodo debido a la información personal sobre su batalla contra el cáncer que aparece en su perfil.
“El otro día me discriminaron por mi cicatriz. Fui a una fiesta y un chico me saca a bailar. Todo estaba muy lindo: me daba besos en el cachete, muy coqueto y luego de un rato me dijo ’dame tu Instagram’. A veces me siento incómoda cuando desconocidos me lo piden porque hay información personal en donde cuento mi historia que me dio cáncer y mi cirugía”, relató Ana.
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A pesar de sus reservas, accedió a darle su cuenta con la condición de que la revisara cuando ella no estuviera presente.
“Ese día me puse un top en donde no se me veía la cicatriz y me daba vergüenza. Yo la quería pasar lindo con él. Él me insistió en que le diera mi Instagram para ver mis fotos. Yo le dije ’no hay nada malo, pero velo cuando no esté yo’”, explicó.
El hombre desoyó su petición y sacó su celular para revisar una foto en la que Ana estaba en traje de baño y su cicatriz era visible.
“De rato veo que saca el celular y me pregunté si lo que estaba viendo era mi Instagram. Como toda niña tóxica, espié lo que estaba viendo y estaba metido en mi Instagram. Hay una foto en donde estoy en traje de baño y se ve entera mi cicatriz, se me ve todo”, contó.
Al ver la fotografía y la cicatriz, el joven mostró una expresión de desagrado, bloqueó su celular, la miró y le dijo ’ya vengo’ antes de irse, dejando a Ana sola.
“Él se fue directo a esa foto. Su cara hizo así (cara de desagrado), bloqueó su celular, me miró y me dijo ’ya vengo’ y se fue. Me quedé sola. Me sentí pésimo, me discriminó por mi cicatriz; ese rato quise llorar porque es una cicatriz que tendré toda mi vida”, concluyó Ana.